domingo, 27 de julio de 2008

Plásticos de última generación,pero siguen sin “calar”


ALMERÍA

La campaña agrícola 2007/2008 ya ha llegado a su fin y, mientras algunos, los agricultores, 'descansan', hay otras muchas personas que inician su particular 'campaña'. Las cosechas ya han acabado, todos los cultivos se han arrancado y ahora toca preparar los invernaderos para el próximo año que, paradójicamente, comienza en apenas un mes y medio. En esta preparación del invernadero hay un elemento que juega en papel protagonista y que, de hecho, se podría decir que sin él la agricultura intensiva sería aún una utopía. El plástico, después de varios años expuesto al sol y la escasa lluvia de la provincia tiene que renovarse en estos meses y, por tanto, las empresas dedicadas a su producción y comercialización trabajan 'a toda máquina' para que ningún agricultor se quede sin su pedido en tiempo y forma.

Éste es el caso del Grupo TPM, empresa en la que, según su director de Marketing, Francisco Cirela, «estamos en plena campaña». Por su parte, desde Verim Plastik, uno de sus responsables, José Miguel Duarte, indicó que «en estos momentos se nos incrementa el trabajo hasta en un 80 por ciento» y añadió que «casi se podría decir que trabajamos seis meses sí y otros seis no al año». Y es que, aunque hay muchos productores que prefieren realizar primero la siembra y, más tarde, ya en los meses de octubre o noviembre, cambiar los plásticos, lo más habitual es que lo hagan entre julio y agosto.

En este sentido, Cirela explicó que, de media, las cubiertas de los invernaderos se suelen cambiar cada tres años, no porque el plástico, a simple vista, se haya deteriorado, sino «porque el agricultor nota el deterioro en la planta». Y es que los plásticos están diseñados para, por ejemplo, permitir una determinada transmisión de rayos UVA o para evitar la aparición de vaho durante la noche, mientras las plantas respiran. Factores como estos influyen, y mucho, en el estado de la planta y, por tanto, en su productividad. Por ello, cuando un plástico ha alcanzado cierta 'edad', pierde parte de sus facultades y lo mejor en estos casos es renovarlo. De hecho, en muchas ocasiones, incluso, «no es rentable producir en ellos», matizó Cirela.

Que hay que renovar las cubiertas de los invernaderos es algo que nadie duda, sin embargo, qué producto elegir a la hora de hacerlo sí es un gran dilema para muchos. En este sentido, el director de Marketing del Grupo TPM indicó que, en los últimos años, se ha producido una importante evolución en los agricultores a la hora de apostar por un tipo de plástico u otro. Así, explicó que, si hace unos diez años, el 80 por ciento de los plásticos que comercializaba su empresa eran de larga duración, mientras que el 20 por ciento restante eran cubiertas más 'tecnológicas', hoy día, la tendencia es justo la contraria. De hecho, el tricapa se podría decir que, en la mayoría de los casos, ha sustituido al plástico tradicional de larga duración. A pesar de todo, sigue habiendo un último paso que muchos se niegan a dar y es apostar por las cubiertas antiplagas.

Este tipo de plásticos permite que los insectos 'peligrosos' para los cultivos se desorienten dentro del invernadero y, para ello, juegan con la trasmisión de rayos ultravioletas y con el espectro de visión de la plaga en cuestión. Así, por ejemplo, cuando la mosca blanca se acerca a un invernadero de tomate, este plástico permite que, nada más entrar, deje de ver y, al perder la orientación, o bien decida salir de la explotación o morirá. Para el responsable del Grupo TPM, «tenemos que girar en torno a estos nuevos retos, sin embargo, el mercado aún no ha aceptado el producto».

En este sentido, José Miguel Duarte comentó que «los agricultores siguen queriendo plásticos que, sobre todo, les garanticen una gran durabilidad» y explicó que ésto es así porque, «ya que van a hacer una gran inversión, quieren mantener el plástico todo el tiempo posible». A todo esto, Francisco Cirela añadió que las empresas que trabajan en este sector deben afanarse mucho en explicar a los agricultores que durabilidad no es sinónimo de calidad y, por tanto, que el plástico que compren 12:15tenga una garantía de tres años no implica que sea el más adecuado para sus cultivos. «Hay productos con garantías de tres o cuatro años pero que son mediocres. Por ejemplo, no tienen una buena transmisión de la luz o no son térmicos», indicó. Sin embargo, por otro lado, existen cubiertas que tienen apenas tres años de garantía pero que son de última generación, e incluso, «contribuyen a aumentar la producción entre un 20 ó un 30 por ciento».

En cualquier caso, desde las empresas del sector confían en que, tarde o temprano, los agricultores de la provincia decidirán apostar por cubiertas de nueva generación, entre otras cosas porque, tal y como afirmó Duarte, «contribuyen a aumentar el rendimiento de la cosecha de forma considerable»

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